En la feria de Madrid de Noviembre, nos juntamos un grupo de amigas que además de compartir las excelencias de la feria, compartimos desayunos, comidas, cenas y sobre todo, risas y buenos ratos.
Como la Navidad no estaba muy lejos, acordamos hacernos un regalo para las fiestas, y como ninguna disponía de tiempo para preparar regalos aceptables para cinco personas, acordamos hacerlo como amigo invisible.
Hasta que me llegó mi regalo, no sabía que mi amiga invisible era Olga (Le petit mon de la Lluna).
No tenía nada de ella y siempre he estado enamorada de sus trabajos.
Ahora tengo la suerte de poseer estas maravillas.
Vamos a verlas en detalle, porque merece la pena.
Angelitos. (Me encantan los angelitos de todas clases y tamaños)
Una bolsa de peladillas minúscula
Una preciosa percha para la ropa de bebé
Un sonajero de capricho.
Gorrito para el bebé.
Y esta dulzura de trajecito que parece tejido por los ángeles que acompañaban el regalo.
Yo no tengo su arte para preparar escenarios para presentar sus obras maestras en fotografía, pero creo que se puede apreciar lo maravillosas que son.
Muchísimas gracias, Olga. Por tus exquisitos regalos, por el cariño que has puesto en ellos y sobre todo, por estar ahí.