Llegó a mi en verano. Cuando estaba enfrascada con las obras de mi sótano.
En cuanto la vi, me enamoré de ella y la imaginé tomando el te como una lady, así, acicalada con su sombrero y su estola.
Y encontré un farolillo con la forma adecuada y en cuanto he podido, he puesto en escena lo que vi en mi cabeza cuando Victoria llegó a mi vida de la mano de Elena. Una artesana de los personajes de crochet a los que les infunde un cachito de su alma y un gran trozo de su corazón.
Ella la presentó en sociedad. Podeis verlo aqui.
Yo os la muestro en su nuevo hogar, su Casita de Te
El reloj marca las 5 horas, la hora del té
La bandeja de pastelitos es de María Jesús Baleriola.
Sobre la mesa, la tetera, taza, plato y cucharilla. Y el libro que Victoria está leyendo, Estela y Mauro, obra de su creadora, Elena (Zulueta)
En el suelo, su bolso con un pañuelo de encaje y unas flores que ha comprado en el camino.
El quinqué que hay sobre el mueble repostero, se enciende con luz de vela que parpadea. La luz del techo apenas se aprecia en la foto, pero enfoca muy bien a la preciosa Victoria.
El interruptor, queda disimulado por la planta y la piruleta de ganchillo que traía la osita cuando vino a casa.
La pila y conexiones, están dentro del mueble.
Y aquí un primer plano de Victoria, una osita muy coqueta y con mucha clase.
¿No es un amor?